sábado, 7 de enero de 2012

CUANDO UN AMIGO SE VA...

En esta ocasión quiero dedicarle este comentario editorial a la partida de un buen amigo, un ser humano íntegro, honesto, firme, hombre de palabra y a veces hasta duro, pero sin llegar a perder la calidad humana y ese “don” de gente. Siempre buscando apoyar el desarrollo personal de su entorno cercano, así como también, de los toreros que buscaron su respaldo.
Nicolás González Rivas, siempre fue coherente en su “decir” y en su “hacer”, siempre mirando de frente, enemigo número uno de la coba que tanto peso tiene en el mundo taurino actual. Con él, siempre había que hablar claro y concreto, porque así eran sus respuestas, directo al grano y sin rodeos.
Siempre tuvo el “don” del análisis certero, quizá producto de la experiencia y las enseñanzas de su Padre, y quizá también, de la nata intuición que lo llevó a ser uno de los más grandes empresarios, –aunque muchos no lo quieran reconocer- de nuestro país. Fue capaz de salvar la Plaza de Toros Santa María de una situación delicada en tiempos difíciles, misma que, pudo terminar en la pérdida de tan valioso símbolo para la sociedad queretana; y sin embargo, nunca anduvo vanagloriándose de tan importante logro. Por el contrario, aguantó a pie firme los ataques desinformados con su habitual prudencia y serenidad.
Yo en lo personal tengo que agradecerle mucho, por su tiempo, por su apoyo, por sus enseñanzas, por esos jalones de orejas y ese respeto, respaldo y cariño que también me brindó cuando yo era capaz de hacer las cosas bien, y con resultados positivos. Un verdadero Maestro en el arte de oídos sordos a palabras necias, siempre demostrando con hechos, que su palabra valía más que una firma. Puedo comentarles como anécdota, que una vez le contrató una corrida a un torero de a caballo, y por cosas que pasan a veces, se vio en la necesidad de no programar a ese torero en la fecha acordada; entonces, le llamó al torero, le platicó cordialmente la situación y sin que el torero lo pidiera, Nico, le pagó el 100% de sus honorarios porque ya se había comprometido y su palabra no podía quedar en duda. Como esta hay cientos de anécdotas de hablan de su personalidad honesta, justa y cabal.
Este diciembre 2011, será el primero en que no estará presente, este 25 de diciembre, aunque la plaza esté llena, habrá un vacío inmenso.
Estos últimos tiempos fueron muy duros para nuestro querido “Nico”, la vivió difícil, cansado ya de tanto ir y venir, de medicamentos, de tratamientos que lo dejaban devastado, aun así se dio tiempo de contratar a un torero de su gusto, pues como él decía, desde que vio de novillero a Alejandro Talavante le dieron ganas de contratarle. Es una verdadera tristeza que no le haya alcanzado el tiempo para verle actuar en su Plaza, La Santa María.
Abrió las puertas de su plaza y brindó su apoyo moral y económico a la Escuela Taurina Queretana, programó a los chavales abriendo o cerrando las novilladas como una forma de irlos fogueando con púbico, sabedor de que hay que sembrar para poder cosechar y por ello, hay que apoyar a nuestros toreros jóvenes.
Ahora es tiempo de “Nico Hijo”, ya estrenado como empresario en solitario con una novillada. Este 25 de diciembre será su primera corrida donde partirá plaza en solitario, se tendrá que liar el capote de paseo él solo, recordando en cada segundo lo que hacía su padre en cada momento.
Cuando vaya haciendo el paseíllo, se dará cuenta que va solo, que por primera vez, tanto los problemas como las satisfacciones serán solo de él y para él.
Todo deberá fluir sin problemas a partir de hoy, porque sabemos que, Nicolás González Rivas nunca se hubiera ido si considerara que su hijo aún no estaba preparado para tan importante encargo. ¡Suerte!

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