viernes, 16 de diciembre de 2011

20 AÑOS SIN CHRISTIAN MONTCOUQUIOL, NIMEÑO II

FOTO: INTERNET

El desaparecido Christian Montcouquiol Nimeño II, queda hasta hoy, junto con Sebastián Castella como las dos más grandes figuras del toreo que ha tenido Francia.
Ayudado desde su niñez por su hermano Alain, Christian se decide a ser alguien importante en el toreo y trabaja mucho para eso. Tras su novillada del 17 de mayo de 1975 en Nîmes, obtiene la ayuda del gran apoderado Manolo Chopera y se abre puertas en España, triunfando en las plazas de importancia. 

Después de su alternativa Nimeño II, torea con todas las figuras de su época sumando 42 actuaciones para su primera temporada de matador de toros. Hasta 1982 torea un buen número de corridas obteniendo importantes trofeos tanto en su país como en España y América, donde su cartel en México es importantísimo.
El 10 de septiembre de 1989 (era su corrida n° 428 desde la alternativa) hace el paseo en Arles para estoquear toros de Eduardo Miura. Su segundo enemigo, "Pañolero", un playero con más de un metro de pitón a pitón le propina una voltereta de la cual Christian cae sobre las cervicales. Herido de gravedad, lucha durante muchos días contra la muerte.
Fue una lucha de muchos meses para rehabilitarse, pero desgraciadamente, al final, queda definitivamente inútil para la profesión y con ello, pierde el torero la ilusión de vivir.
Toda Francia sigue día a día la evolución de Nimeño II porque quieren de manera impresionante a su torero. Tristemente él no soporta la idea de no volver a enfundarse el traje de luces y cuando todos pensaban que el matador había reencontrado la moral para seguir viviendo con su familia alejado de los ruedos, Christian decide quitarse la vida y se suicida el 25 de noviembre de 1991 en el garaje de su casa.
El Maestro Nimeño II tiene su estatua cerca de la plaza de toros de Nimes, donde cada año se otorga el "Trofeo Nimeño II" a un joven triunfador de las novilladas sin picadores.
Hasta aquel fatídico día, Nimeño maravilló a la afición de España, Francia y América, casi siempre encuadrado en los carteles de los toreros-banderilleros y con ganaderías tan duras como Victorino Martín o Miura. Fue una apoteosis continua, sólo truncada por las cogidas, varias de ellas muy graves. Las gestas cuentan menos que el sentimiento del torero y el extraño mundo de un triunfador que nunca presumía de serlo.


1 comentario:

  1. Montcouquiol nos enseñó que el mejor camino para un torero es suicidarse y dejar de matar a la naturaleza, representada en un hermoso animal, que es utilizado para fines cavernarios, en un reconocimiento de la miserable grandeza del mal concebido hombre, disfrazado de idolo, pero ignorante al fin

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