domingo, 2 de octubre de 2011

EL HERRADERO


EL BAUTIZO DEL TORO BRAVO


Una de las labores más importantes del campo bravo sin duda alguna es el herradero. Machos y hembras, reciben su bautizo que les dará una identidad, y entonces, dejaran de ser el hijo de, o la hija de, para tener un número de identificación propio y un nombre heredado que los acompañará toda la vida y facilitará a su ganadero entender fácilmente su genealogía.
Apróximadamente al año de vida, o un poco antes, se procede a colocarle, además del número de identificación, el fierro de la casa ganadera, así como el año de su nacimiento.
Desde el siglo XX data la costumbre de marcar y numerar a las reses  y hasta nuestros días esta forma de identificación permanece.

La faena se inicia varios días antes separando las crías de las madres. Toda la camada se encierra junto a los bueyes en un corral. De allí se van sacando de uno a uno para ser herrados ya sea tirándolos o en un cajón especial que facilita las labores y el manejo de los astados.

Antiguamente el becerro se pasaba a una corraleta donde varias personas le sujetaban por la cabeza, el rabo y el costillar, tumbándole con cuidado sobre el costado izquierdo, ladeándole la cabeza para evitar posibles roturas de los pitones. Se le ataban las patas con un nudo corredizo y una vez inmobilizado, se le ponía la marca de la ganadería en el anca y el número en el costillar.
Una vez terminado el proceso se asienta en el libro la relación que existirá entre el número que portará en el arete con el número que portará en los costillares y que ambos dejarán muy claro y sin posibilidades de confundir a un astado con otro.

Los distintos hierros se calientan al rojo vivo en una hoguera y en esta faena también participaban los toreros, ganaderos, vaqueros, y amigos del ganadero que son invitados para disfrutar de esta bella faena campera. Generalmente a los toros se les hierra en el lado derecho en España y en el izquierdo al ganado mexicano.
Herrar con limpieza  es una faena difícil y precisa. Hay que hacerlo con firmeza pero con suavidad, "campaneando" el hierro para que no se haga un borrón y tenga nitidez. Algunos ganaderos colocan un "Cero" extra para referirse a la pureza del astado marcado y hacer diferencia con los de más.
Actualmente estas faenas, por comodidad, rapidez y falta de personal, se realizan, aunque no siempre, en cajones. El animal del corral pasa por una manga directamente al cajón, se le sujeta con cadenas y se le ponen los hierros, calentándolos al rojo en modernos quemaderos de butano y antes de soltarlos se aprovecha para que el veterinario los vacune, desinfecte e inyecte antibióticos que prevengan una posible infección.
Finalizado el herradero, sin importar la hora, todos los participantes se reúnen para comer y se aprovecha para contar las vivencias y anécdotas de los asistentes, hasta que cae la noche...

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