sábado, 26 de abril de 2014

Andrés Roca Rey, una historia de paciencia y vocación.


Por: Francisco Parra
Foto: Internet

Andrés Roca Rey es un chaval que tengo la suerte de conocer hace ya bastante tiempo, desde que era un pequeñín y soñaba con el toreo admirando a su hermano, su ídolo.

Ahora al paso del tiempo, me doy cuenta cuan claro lo tenía aquel niño torero, que desde aquellos juegos infantiles se declaraba admirador de Julián López "El Juli", a quién no perdía oportunidad de escribirle desde niño pidiéndole ser aceptado en la escuela taurina del maestro, cosa que no era posible por su corta edad tanto para torear en España, como para dejar la escuela y a sus padres en su natal Perú.

Vino a México y le vimos torear en Querétaro y Aguascalientes, marcando desde ese día una diferencia con los demás niños de su edad, por su "extraña" madurez para tan corta edad. Muchas veces un servidor le hablaba de que cuando un chaval tiene tantas facultades, no debe perder tiempo en la escuela y dedicarse de lleno a desarrollar ese talento, cosa que evidentemente no causaba mucha simpatía con su padre, buen hombre y buen taurino.

Actualmente, ha triunfado en todas las plazas en las que se ha presentado como novillero sin picadores, incluso, cortando un rabo. 

Ahora ya de cara a su debut con caballos, Andrés deberá llenarse de responsabilidad, ya que este nivel implica otro mundo y otra lucha muy distinta a la que ha llevado hasta ahora. Los trofeos con más exigentes y los novillos igual, pero este torero tiene la capacidad para pisar todos esos ruedos que validan la carrera de un torero, esos ruedos donde se trasciende y que muy pocos logran cruzar esa aduana exclusiva para aquellos jóvenes que han construido su vida bajo las bases de los valores y la honradez tanto en el ruedo como en su vida privada.

Suerte Andrés Roca Rey !
















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